Vine bien. También bienvenidos. Necesito decir y mucho; más que antes y como ocurre desde hace 2 años (creo que más.... eso es triste) están todas las palabras atoradas en mi cabeza; eso me distrae de sentarme a intentar expulsarlas pero no pierdo la esperanza. Soy obsesiva y eso está de mi parte, me anima a pensar que prenderé una vela en mi cuarto propio (me resisto a perder el nombre). Aquí estoy, con mis obsesiones, con mi gusto por los latinismos, lo escatológico, las palabras con C, las canciones en francés y mi eterna aversión al olor de un extraño que pasa junto a mí (confieso que aguanto la respiración cuando un desconocido se cruza en mi camino). Espero hablar de todo eso y de lo otro, que sufro porque me atormenta lo que me agrada y lo que no, lo cual hace de las cosas y de los sucesos un eterno degustar de paladar agridulce.
Sean pues las palabras.
4 comentarios:
Enhorabuena mi queridísima Herminia...
Con gusto yo te traigo el drano y nos instalamos en nuestro cuarto propio (que por algo es propio, el otro es el de ellos, como ves you también me rehuso a perder el nombre).
Como adicta revisaré este blog a diario, con esta necesidad enferma que tengo de palabras, de curiosidades, de obsesiones e histerias ajenas, de develar secretas y oscuras idiosincracias.
Un abrazo de parte de la amante del Earl de Amurray.
Suya por siempre,
Lady Mondegreen
Una vela en tu cuarto propio, encendida con la fuerza que es del fuego. Al lado de él un destapacaños que liberará las palabras necesarias, para que fluyan debajo de las casas, en los mares y las tuberías. Eso mi iki, espero sus palabras con ansia, la construcción de su cuarto propio, y quedo en espera de que sus palabras pasen por mi lavabo para disfrutarlas.
Un destapacaños y si es preciso, porque a veces la resistencia es mucha, también te ayudo con una bomba, para sacar lo más difícil, lo más pegado, lo más allegado. Lo que se quedó pegado entre el estómago y el corazón.
Sigo esperándote. Sigo deseando, ansiando leerte, conocerte, descubrirte para admirar aún más la fuerza de tu movimiento ikilitista, elitista, perfecto.
Larga vida a tus piensos y más larga a tus palabras.
Ya es hora de quitar esos bloqueos neuronales que nos trae la vida cotidiana, y llenarlos con palabras cotidianas y otras no tanto, bien amore.
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