martes, 24 de julio de 2012

Cuadro para un recuerdo

El aroma a chile pasilla y su respectivo caldo en ebullición ambientaban mi alrededor mientras terminaba de ordenar la cocina. De pronto sonó lo que completa el cuadro para un recuerdo: Del perdón. Qué cosa tiene esa canción que de pronto me llevó dos años atrás. 

Esa tarde pensaba cosas con nostalgia, saltaba de una a otra en desorden pero siempre con una sensación gris. La fecha, la gente, la misma luna, de pronto me trajeron los motivos. "El perdón", dicen, "significa recordar sin que duela". ¿Y qué hay de recordar aunque duela? ¿Y qué hay de recordar sin rencor, sin odios, sin reproches, pero cada que se recuerda una lágrima hace su aparición? ¿Ese no es dolor? ¿Tampoco es perdón? ¿Entonces qué es? Hasta ahora para mí recordar ha representado la evolución, el "ya pasó, y mira cuánto dolió, entonces vale la pena".

No sé si fabrico mis propios pretextos porque no me sirven los que conozco, no puedo recordar sin dolor, pero tampoco quiere decir que no lo he superado. Tal vez parece contradictorio, es más, tal vez lo es, pero de pronto uno hace lo que puede con lo que tiene, o finalmente uno hace lo que quiere. Y dice la canción "..tal vez no es comprensible el texto en sí, tampoco yo lo soy, en fin", y no, tampoco lo soy yo, en fin.

Será que las emociones se me vienen y me apachurran la conciencia, siempre, siempre, aunque sean añejas; será que esta mujer se niega a dejar de sentir, aunque ello representen lágrimas rodando hasta la siguiente vida.

Total que limpiaba la cocina y terminé limpiando un poco el corazón. Tal vez algún día deje de recordar. Tal vez sea mañana festeje un segundo aniversario.

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