martes, 18 de diciembre de 2012
Conclusiones de una moira en martes
La charla acerca de la familia, la profesionalización, la salud, los terrores financieros y el pequeño puñado de canas que recién nos han aparecido, para muchos parecería insulsa, cotidiana, incluso obligada, para ponerse al día, para seguir compartiendo, para conservar amistades, o para mostrarnos "irreconocibles" ante aquellos que esperan otra cosa de nosotros, que creen que ya no somos las mismas personas. La charla con las moiras me dice más de lo que enuncia; contra todo pronóstico me recuerda quién soy, por qué hago lo que hago (aunque una vez más suene absurdo) y que es muy probable que el secreto de la felicidad esté en vivir con paz, a tiempo, en tiempo, sin prisas ni añoranzas.
Le doy vueltas al asunto y pienso que hoy me gusto como soy, con todo lo que implica, que jamás volvería a ser joven y que tampoco quiero ser más vieja. Por nada del mundo volvería a la juventud que me ha representado un largo camino para tener la experiencia que hoy tengo, la mente y el corazón que hoy ocupan mi cuerpo. Durante todo este tiempo he aprendido a confiar, a perdonar, a ofrecer perdones, a amar, a forjarme la vida. Tiempo al tiempo, dicen, vida a la vida, digo yo.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Recuerdos futuros
Hoy quiero que mañana me recuerdes.
Que pienses en el olor de mi cabello
en lo fácil que siempre ha sido para
tus pequeñas manos.
Mientras balanceo tu cuerpo con mis susurros anhelo en tu futuro
una similar escena
con tu hijo envuelto en brazos
enrebozado en tu canto sutil
y tú protagonista de su inmediato asombro.
Hoy quiero labrar tu memoria,
ser aroma, cabello, arrullo,
la facilidad y el nido en donde cabía tu infantil cuerpo,
tu futuro recuerdo.
domingo, 9 de septiembre de 2012
Yo tengo un hombre pequeño
Duerme en la copa del árbol
en el espacio a donde no pueden llegar los mandriles
ni las hienas.
Ese hombre pequeño sabe retar a los gnomos
galopar contra los vientos del sur
subir de golpe un corazón caído en el abismo
y ser el río que desemboca en la quietud del océano.
El hombre que yo tengo es tan pequeño
que no cabe en ningún libro
en conjunciones
ni en pronombres posesivos;
es tan diminuto que se disuelve en polvo estelar
para inundar entero mi universo.
martes, 24 de julio de 2012
Cuadro para un recuerdo
No sé si fabrico mis propios pretextos porque no me sirven los que conozco, no puedo recordar sin dolor, pero tampoco quiere decir que no lo he superado. Tal vez parece contradictorio, es más, tal vez lo es, pero de pronto uno hace lo que puede con lo que tiene, o finalmente uno hace lo que quiere. Y dice la canción "..tal vez no es comprensible el texto en sí, tampoco yo lo soy, en fin", y no, tampoco lo soy yo, en fin.
Será que las emociones se me vienen y me apachurran la conciencia, siempre, siempre, aunque sean añejas; será que esta mujer se niega a dejar de sentir, aunque ello representen lágrimas rodando hasta la siguiente vida.
Total que limpiaba la cocina y terminé limpiando un poco el corazón. Tal vez algún día deje de recordar. Tal vez sea mañana festeje un segundo aniversario.
viernes, 18 de mayo de 2012
En par y en paz
La acción que comenzó hace dos meses rescatando a un cachorro de tres meses con el fémur y la cadera fracturados por atropellamiento, arrancarlo de la muerte, me deja muy claro y como golpe en el ego, en el corazón, que camino de la mano de un hombre maravilloso, que ve la vida como yo, con el que no necesito palabras, ni compartir política ni religión, música o literatura, compartimos la pasión por la vida y con eso me quedo, aún sin palabras para conversar por ahora.
Ya veremos cuando encuentre las palabras perdidas. Comienzo ahora un viaje de introyección.
sábado, 21 de abril de 2012
Placeres sabatinos
Mientras disfruto mi soledad en el auto, oyendo a Deff Lepard, pienso en los desencantos, en la gente que dice que siempre está y sin menor remordimiento desaparece. Por un instante me siento rockera, irreverente, mala, porque los desapareceré de mi vida, porque soy la Rock y tengo el control.
En esas estaba cuando el tiznado Murphy se manifestó con su mísera ley y se descompuso el auto, no sonó más Deff Lepard, me olvidé de los que me olvidaron y asumí que soy una partícula de polvo en la gran ciudad.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Lucía
Soy esa mujer cósmica que nadie toca,
que nada le importa.
Soy el alfa y el omega
de mi nulo principio.
Soy la Lucía de un Serrat
de fugaz memoria que jugaba a ser Godot,
a fingir que me esperaba,
a que nunca esperó.
Nunca llegué.
Esta noche soy el invierno de mil primaveras
lleno de copos de nieve
que caen para regocijarse en el asfalto.
Soy esa Lucía a quien la paradoja del vacío
le llena el alma y se le fuga por el corazón,
porque ya no soy más esa que creí.
Soy la que mira a la parca seducir a los mortales.
Esta del vestido negro que a placer se fusiona con ella,
con su aire espeso, fugaz, nocturno.
Luego me desvisto,
porque las Lucías nos vemos mejor desnudas,
porque sabemos andar descalzas y alzar el vuelo
entre sábanas limpias.
Y cuando soy esta
sueño con trenes, con plumas,
con pantomimas y dulces de limón.
Vuelvo a ser Lucía,
mujer cósmica, desnuda, taciturna,
a quien nada le importa,
que se regocija cayendo
como copo de nieve en el asfalto.